La calidad de un vídeo se mide en función de una amplia gama de variables: composición, iluminación, sonido, nitidez, etc. Una de esas variables es también el movimiento y la fluidez, o no, que resulta. Y este gimbal ahora pone al alcance de prácticamente cualquier persona, un movimiento fluido que, hasta hace muy poco, solo se podía lograr con equipos profesionales mucho más costosos. Su uso, a nivel básico, es muy sencillo. Cargas, pones la cámara y el cardán hace su magia. Existen múltiples modos de uso y para interiorizar el funcionamiento de cada uno se requiere usarlo durante mucho tiempo. La batería dura mucho tiempo y es genial poder usarla para alimentar la cámara. El trípode también es muy práctico. A nivel de materiales y peso, da una excelente sensación. No lo probé bajo la lluvia pero da mucha tranquilidad (y versatilidad) saber que aguanta cierto grado de humedad. Y al final, lo que cuenta, la estabilidad que aporta el dispositivo: ¡Muy bien! Hace una diferencia notable usarlo versus no usarlo. El rango completo de movimiento que permite también es excelente. Uno de mis usos favoritos es poder grabar prácticamente a ras de suelo. Antes también grababa en esta modalidad pero era inmensamente incómodo por la posición y el resultado (muy movido) era mucho peor. En definitiva, para el vídeo amateur no es un producto obligatorio pero para los que se preocupan por la calidad de su vídeo, un gimbal como este te acerca a un vídeo de calidad profesional. Nota: