Al principio, tenía un trípode flexible para cámara y otro de aluminio más resistente (para días ventosos y caminatas cortas). Ahora los venderé. Mi trípode de aluminio, aunque resistente, era un fastidio llevarlo en las caminatas cuando intentaba reducir peso. Y el trípode flexible, aunque ligero, era inútil a menos que tuviera una rama o algo similar para colgarlo. Incluso entonces, tomaba fotos con nerviosismo, esperando que aguantara el peso de mi carísimo equipo fotográfico. En cambio, una vez atado a la mochila, apenas lo notaba. A veces me sorprendía mirándolo dos veces para asegurarme de que no se hubiera caído. Pero que no te engañe el peso, es resistente. Vivo en Escocia y aguantaría los vientos escoceses sin pensarlo dos veces. Si tenía dudas, simplemente colgaba una pesa del gancho debajo de la columna central. Y vaya si es un trípode versátil: sube y baja increíblemente, los ángulos que mantiene... es como ver a un instructor de yoga cambiar de postura sin esfuerzo. La rótula es muy suave y la cámara se siente muy segura y en su sitio. Lo que lo hace excepcional es su precio, considerando que se trata de un trípode de fibra de carbono. Tengo una cámara sin espejo, así que generalmente prefiero llevar menos peso y ahora ya no tengo que sacrificar utilidad por peso al hacer senderismo.