Al llegar, tenía mis dudas, ya que la caja que lo contiene es realmente pequeña. Pero una vez abierto y ensamblado, venía en dimensiones comunes. ¡Imaginen mi sorpresa al ensamblarlo pieza por pieza! Es muy fácil de ensamblar: solo tiene tres juntas y un tornillo que se puede ajustar a voluntad para ajustar la inclinación del pie que detecta metales. Funciona con dos pilas de 9 V, aunque en realidad lo probé con solo una y sigue funcionando. Para encenderlo, solo hay que girar la perilla correspondiente y se activa de inmediato. Equipado con coderas y tira de velcro, es muy cómodo y ligero para un uso frecuente. La gran peculiaridad, en mi opinión, es que, incluso sin modificaciones (algunos las hacen en la red, pero son prácticas ilegales), ¡detecta no solo metales, sino también oro! Al pasarlo entonces por el suelo, tendremos a mano el Vmetro que salpicará al máximo en caso de que encontremos metal bajo tierra (recuerdo que por ley es de nuestra propiedad si encontramos algún objeto podéis seleccionar el volumen y, alternativamente, si no queréis molestar, hay una entrada jack para ser utilizada con auriculares. Qué puedo decir, fantástico objeto con el que mi hija se lo está pasando especialmente bien. Poco gasto, máximo rendimiento.