¿cómo Saber Si Una Mochila Es Resistente Al Agua?
Cuando estás buscando una mochila para tus aventuras al aire libre, ya sea para hacer senderismo, viajar o simplemente para llevar tus pertenencias diarias en condiciones de clima impredecible, una de las características más importantes que debes verificar es si la mochila es resistente al agua. Nadie quiere que su equipo se moje debido a una lluvia sorpresa, y mucho menos sus dispositivos electrónicos o documentos importantes. Así que, ¿cómo sabes si una mochila es realmente resistente al agua?
A continuación, desglosaré varios aspectos clave que puedes evaluar para determinar la capacidad de resistencia al agua de una mochila, y lo haré de una forma que no te deje con dudas sobre la fiabilidad de tu mochila en condiciones húmedas. Prepárate, porque esto va a ser más detallado de lo que parece.
1. Revisa el material de la mochila

El primer indicador obvio para determinar la resistencia al agua es el material con el que está fabricada la mochila. Los materiales sintéticos y recubrimientos especiales hacen una gran diferencia. Aquí algunos de los materiales más comunes que ofrecen alguna resistencia al agua:
Nylon y poliéster recubierto: El nylon y el poliéster son materiales comunes para mochilas. Si están recubiertos con una capa de material impermeable, como un revestimiento de poliuretano (PU) o silicona, aumentan significativamente la capacidad de la mochila para resistir la penetración del agua. Sin embargo, hay que tener en cuenta que esto no las convierte en completamente impermeables, solo las hace resistentes al agua.
Cordura®: Esta es una marca registrada que hace referencia a un tipo de nylon de alta resistencia. Aunque las mochilas hechas con Cordura® son conocidas por ser duraderas, no siempre son completamente impermeables, pero sí son muy resistentes al agua.
Gore-Tex®: Es un material de alta gama conocido por su impermeabilidad y transpirabilidad. Es común encontrarlo en mochilas de alta calidad diseñadas para climas muy húmedos. Si encuentras una mochila hecha con Gore-Tex®, es una excelente opción si tu principal preocupación es el agua.
2. Tratamiento del material

Además de los materiales mencionados, es importante verificar si la mochila ha sido tratada con algún recubrimiento adicional que la haga más resistente al agua. Muchas mochilas tienen una capa adicional de recubrimiento hidrófugo, como el DWR (Durable Water Repellent). Este tratamiento ayuda a que el agua se deslice por el material en lugar de ser absorbida, mejorando la resistencia al agua sin hacer que la mochila sea completamente impermeable.
En algunos casos, los fabricantes indican si han aplicado una capa DWR o si el material es completamente impermeable. Si no se menciona, es una señal de que la mochila probablemente es resistente al agua, pero no completamente impermeable.
3. Revisión de las costuras

Incluso si el material de la mochila es resistente al agua, las costuras pueden ser un punto débil. Las costuras son uno de los lugares más vulnerables cuando se trata de resistencia al agua, ya que el agua puede filtrarse a través de ellas fácilmente. Asegúrate de que las costuras estén selladas o termoselladas. Las mochilas de alta calidad a menudo tienen costuras selladas con cinta para evitar la filtración de agua. Si ves que las costuras no están selladas o son visibles, eso es una señal de que la mochila no es completamente impermeable.
4. Accesorios de protección adicionales

Algunas mochilas vienen con cubiertas adicionales que pueden colocarse sobre la mochila para protegerla de la lluvia. Estos cubre-mochilas suelen estar hechos de materiales impermeables, y aunque no son lo mismo que una mochila completamente impermeable, son una excelente adición si planeas enfrentarte a condiciones climáticas adversas. Los cubres mochilas suelen ser una opción popular en mochilas para senderismo y ciclismo.
5. Prueba de resistencia al agua
A veces, la mejor manera de saber si una mochila es resistente al agua es simplemente probarla. Si ya tienes la mochila o estás considerando comprar una, puedes realizar una pequeña prueba por ti mismo para ver cómo responde al agua.
La prueba es sencilla: coloca un poco de agua sobre la superficie de la mochila y observa qué pasa. Si el agua se desliza y se forma en gotas, la mochila tiene un buen tratamiento resistente al agua. Si el agua se absorbe rápidamente, es probable que la mochila no sea tan resistente como pensabas.
Una prueba más rigurosa sería sumergir la mochila en agua (solo si está diseñada para resistirlo) y ver si el agua se filtra por las costuras o el material. Si la mochila tiene una bolsa interior completamente impermeable o compartimientos sellados, es posible que también esté diseñada para resistir inmersiones breves.
6. ¿Resistente al agua o impermeable?
Es importante entender la diferencia entre "resistente al agua" e "impermeable". Las mochilas "resistentes al agua" pueden soportar lluvia ligera o salpicaduras, pero no están diseñadas para mantener tus pertenencias secas bajo una lluvia intensa o durante inmersiones en agua. Por otro lado, las mochilas "impermeables" están diseñadas para resistir el agua de manera más prolongada y efectiva.
Cuando el fabricante usa el término "impermeable", generalmente está hablando de una mochila que puede mantener el agua fuera, incluso cuando la mochila está expuesta a lluvia intensa o, en algunos casos, inmersiones breves en agua. Esta diferencia es clave, ya que muchos modelos de mochilas pueden decir ser "resistentes al agua", pero no necesariamente ofrecen la protección que podrías esperar en condiciones extremas.
7. Bolsillos y cremalleras impermeables
Otro punto crucial en la resistencia al agua de una mochila son los cierres y bolsillos. Las mochilas con cremalleras estándar no están diseñadas para resistir el agua. Las mochilas que ofrecen mayor protección suelen tener cremalleras con recubrimientos impermeables o incluso una tapa adicional sobre la cremallera para evitar que el agua se filtre.
Existen algunas mochilas con cremalleras completamente selladas y con una protección adicional en los compartimentos principales, lo que las hace más resistentes a la penetración del agua. Si el agua entra a través de las cremalleras, no importa cuán resistente al agua sea el material de la mochila, tus pertenencias seguirán mojándose.
8. Clasificación de impermeabilidad: IPX
Una última recomendación es que si estás buscando algo con una protección seria contra el agua, verifica si la mochila tiene una clasificación de impermeabilidad IPX. Esta clasificación se utiliza para medir la protección contra el agua de varios dispositivos y equipos. Si una mochila tiene un índice IPX, te dará una buena idea de su resistencia al agua.
IPX0: Sin protección contra el agua.
IPX3: Resistente a las salpicaduras de agua.
IPX4: Resistente al agua desde cualquier dirección.
IPX5: Resistente a chorros de agua a presión.
IPX6: Resistente a chorros de agua a alta presión.
IPX7: Resistente a inmersiones breves en agua.
IPX8: Resistente a inmersiones prolongadas en agua.
9. El test del "sobreviviente"
Al final del día, lo más importante es que confíes en las características de tu mochila y en su capacidad de resistir el agua según lo que vas a enfrentar. Si vas a estar bajo una tormenta intensa, lo mejor es invertir en una mochila diseñada específicamente para ello. Sin embargo, si solo necesitas protección básica para una lluvia ligera ocasional, una mochila resistente al agua debería ser más que suficiente.
No te olvides de usar el sentido común: si el clima se pone realmente complicado, lo mejor es buscar refugio y no poner a prueba la mochila más allá de lo razonable. Al fin y al cabo, tu equipo está ahí para protegerte, no para hacer frente a un diluvio.