Tengo muchos filtros ópticos para mi cámara, incluyendo un filtro caleidoscopio completo para el objetivo. Este tipo —el que se enrosca en el objetivo— es muy práctico, pero un poco restrictivo. Además, el caleidoscopio completo produce un efecto impactante, por lo que su alcance para obtener fotos efectivas es limitado. Este filtro de mano, de medio caleidoscopio, no tiene la comodidad de un filtro para el objetivo, pero ofrece sus ventajas. Se puede ajustar fácilmente el ángulo de inclinación para obtener efectos ligeramente diferentes, el asa facilita su agarre, y el medio caleidoscopio no es realmente *sutil*, pero sí más sutil que el completo, lo que facilita que la foto no se centre solo en el caleidoscopio. Por otro lado, si se quiere, siempre se puede recortar para llenar el encuadre con el efecto. Siempre me han gustado los filtros K&F Concept, y este también parece estar bien construido. Hay roscas de tornillo en el mango porque algunos filtros de mano también vienen con un poste que puedes enroscar, para que puedas sostenerlos como gemelos de ópera. Pero no he encontrado que sea particularmente fácil o útil, así que realmente no me importa que el poste no esté incluido. 100 mm es bastante grande, especialmente porque los objetivos intercambiables suelen tener alrededor de 67 mm de diámetro exterior para cámaras sin espejo/DLSR. Pero creo que eso te permite obtener alrededor de 2,5 versiones adicionales de un sujeto sin cubrir la mitad del encuadre en sus múltiplos. Así que, de nuevo, creo que ayuda en el lado de la sutileza. Incluí muestras con la cámara única de mi iPhone SE y mi cámara sin espejo Sony A74 con un objetivo de 85 mm para que puedas ver que no debes esperar que esto funcione bien con la cámara de un teléfono móvil. Pero jugué con él para algunos retratos de perros y me divertí un poco. Un pequeño consejo, de todos modos, siempre que uses estos filtros raros. Si estás fotografiando algo que ocurre una sola vez y necesitas que salga bien a la primera, estos filtros son complicados, así que no deberías usarlos. Si puedes tomar varias fotos, no dudes en intentar *algunas* con un toque artístico, para tener la oportunidad de crear algo inusualmente genial. Pero recuerda no abusar de ellos, porque pueden volverse efectistas rápidamente y te enojarás contigo mismo en la sala de edición si todas las fotos tienen el mismo efecto.